miércoles, 3 de marzo de 2010

Prólogo

Tres cosas nos llevan a crear la colección Flechas de Atalanta: la poesía, la juventud y la amistad. Comencemos por esta última, pues es el vehículo de todo.

Una tarde, Luci y Carolina estaban hablando de sus cosas, y luego de letras, y se les ocurre dirigir una colección de poesía. Las dos amigas tomaban un helado casero en el paseo Ruzafa, en el centro de Valencia. Quizás el dulce facilitó el fluir de ideas.

−Será una plaquette bonita, que todos quieran tener.

−Y aunque nadie la quiera, nosotras las sacamos por ilusión. Brindemos.

Y brindaron con helado. Y luego ya decidieron la línea poética, el número de poetas para cada edición, el diseño…

Punto dos: la juventud. Entre las conversaciones que L. y C. habían mantenido, había salido a colación alguna idea triste, como la de que casi siempre eran los mismos los que estaban, pero que tantos poetas de larga trayectoria y fe en su trabajo a penas eran publicados. Esos eran los poetas “jóvenes”; los que tienen verdadera hambre de verso. Así que la juventud sería otro criterio, en tanto en cuanto fuera no ya biológica sino más bien de espíritu creativo.

−Publicaremos a esos poetas que llevan tiempo luchando por sus versos.

−Sí, quienes, a pesar de todo, siguen creyendo en la palabra de manera milagrosa.

Se había estado hablando desde el principio de la conversación entre L. y C de poesía. Las futuras editoras ya tenían su experiencia. La habían seguido en sus clases en la universidad, se habían enamorado de versos de Safo, Catulo, Dickinson, Plath y Pizarnik, Whitman, Quevedo, Gil de Biedma, García Montero…; habían escritos sus propias líneas alguna noche bajo el flexo, publicado algunos poemas acá y allá… era el momento de rodearse definitivamente de poesía.

−Ya verás, será referencia en un futuro para muchos.

−Sí, lo será. Y publicaremos a 4 poetas y un poeto en cada plaquette.

−Si nos llaman feministas es que son idiotas.

−Esto se lleva haciendo desde que los antólogos cayeron en que había poetas, pero al revés, y nadie se ha escandalizado. Repasa las antologías.

Habíamos repasado las antologías. Una poeta por cada veinte poetos. ¡Y esto llegaba a su fin!

Para acabar, una última reflexión: en el mito griego, Atalanta es una mujer hermosa, fuerte, valiente, que reta a sus pretendientes a una carrera. A todos (menos a Melanión, pero eso ya es otra historia) los alcanza por la espalda con sus lanzas. Ninguno la vence, ninguno logra conseguirla para sus fines matrimoniales. Valga el mito como metáfora de este proyecto que nace ante tus ojos, lector. Esta plaquette es la primera flecha.

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